viernes, octubre 07, 2005

Odio echar de menos

Vaya jarro de agua fría la primera noche de fiesta en Segovia. En principio todo genial...y de repente...cuánta gente falta. Y miras alrededor y nadie conocido. Y te sientes vieja cuando sabes que eres una cría. Fiestas del sol, no a la guerra, unas cañitas y que siga la cadena. Qué cadena, si los que quedamos somos pocos y cobardes. Les veo y me da envidia. Acaban de llegar, todo es nuevo y quieren comerse el mundo. Y yo también quiero. Quiero que todo sea como antes, que el tiempo vuelva atrás. No sentirme adulta. Olvidar que de repente me han caído los años a plomo. Decir "bocata pa tu padre" porque tengo 18 y el mundo es mío. No hace tanto. Pero me siento vieja. Todo se ha ido. Y yo odio echar de menos. Echo de menos lo que odiaba. Cualquier tiempo pasado nos parece mejor, a veces hasta Karina tiene razón, Y es el momento se plantearme si he bebido demasiado. Y me doy cuenta de que ya no sé lo que es demasiado porque ya soy otra. Y no me conozco. No sé hasta dónde puedo llegar, hasta dónde quiero llegar, hasta dónde se espera que llegue. ¿Y qué más da? Pues da.
Y sé que estoy condenada a conocer cosas que un día echaré de menos. El tiempo pasa deprisa, es cierto. Y no hay nada nuevo. Y no queremos decir que todo es viejo.
Frase de hoy: "te has hecho mayor pero sigues igual de canija" Pues eso. Sonrisa de gilipollas y a dormir, que mañana hay clase y ya no tenemos edad para hacer locuras. Aunque mañana me sentiré de nuevo joven y poderosa. Y que diga el mundo lo que quiera. Al próximo que pregunte "¿eres novata?" le respondo lo que quiera, que la verdad no es lo mío. Y lo mismo me lo creo. Eso creo. ¡Ya basta!

No hay comentarios: