miércoles, septiembre 28, 2005

Trópico de Cáncer


"En un tiempo pensaba que ser humano era el objetivo más alto que podía tener un hombre, pero ahora veo que estaba destinado a destruirme. Hoy me siento orgulloso al decir que soy inhumano, que no pertenezco a los hombres ni los gobiernos, que nada tengo que ver con credos ni principios. Nada tengo que ver con la crujiente maquinaria de la Humanidad: ¡pertenezco a la tierra! Digo esto con la cabeza reclinada en la almohada y siento los cuernos que me brotan de las sienes. Veo a mi alrededor a todos esos antepasados míos bailando en torno a la cama, incitándome, flagelándome con sus lenguas viperinas, sonriéndome y mirándome de reojo con sus siniestras calaveras. ¡Soy inhumano! Lo digo con una sonrisa demente, alucinada, y seguiré diciéndolo aunque lluevan cocodrilos. (...) Hoy tengo conciencia de mi linaje. No necesito consultar mi horóscopo ni mi árbol genealóico. De lo que está escrito en las estrellas, o en mi sangre nada sé. Sé que desciendo de los fundadores mitológicos de la raza. El hombre que se lleva la botella sagrada a los labios, el criminal que se arrodilla en el mercado, el inocente que descubre que todos los cadáveres apestan un poco, el loco que baila con rayos en las manos, el fraile que se levanta las faldas para mearse en el mundo, el fanático que explora las bibliotecas para encontrar la Palabra: todos ellos están fundidos en mí, todos ellos provocan mi confusión, mi éxtasis. Si soy inhumano es porque mi mundo ha sobrepasado sus límites humanos, porque ser humano parece algo pobre, lastimoso, miserable, limitado por los sentidos, restringido por preceptos morales y códigos, definido por trivialidades e ismos. (...)
Puede que estemos condenados, que no haya esperanza para nosotros, para ninguno de nosotros, pero si es así, ¡lancemos un último alarido agónico, espeluznante, un chillido de desafío, un grito de guerra! ¡Al diablo las lamentaciones! ¡Al diablo las elegías y las endechas! ¡Al diablo las biografías y las hstorias, las bibliotecas y los muesos! Que los muertos se coman a los muertos. Bailemos los vivos en el borde del cráter, bailemos la última danza agónica. Pero ¡una danza auténtica!"

(Trópico de Cáncer, Henri Miller)

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