domingo, junio 04, 2006

JUGANDO


Un día quise jugar a hacerlo bien. Todo salió mal. Jugué a hacer lo que hacen los mayores. Salió bien. Me sentí mal. Pero no podía parar. Al fin y al cabo sólo es un juego. Como todo. Como nada. Todo pierde la gracia si jugamos sólo unos pocos. Otros se lo toman en serio. Algunos se lo toman siempre mal, pase lo que pase. Es un estilo de vida. Pero no el mío. Parece ser que también el mío. Al fin y al cabo es sólo un juego en el que para participar hay que acatar las reglas. ¿Y quién hizo las reglas? Yo las cambié. Y todo salió mal. Otra vez. Otra vez. No pienso firmar esas normas que no son las mías. Pienso luchar con(tra) el mundo. Pero hace tiempo que luchar dejó de tener sentido. ¿Qué importa, si nada lo tiene? Importa, porque estoy aquí. Importa porque de repente parece que todo importa. De pronto una broza es un mundo y un mundo es algo tan pequeño. Y yo qué sé, si sólo pasaba por aquí. No sé por qué decidí quedarme. Tal vez porque no hay nada más allá. Igual que aquí. Es mejor soñar con que lejos hay algo bueno que un día conoceré. Al fin y al cabo me quejo pero no quiero más. Quiero menos. Lo quiero todo. Y todo me da igual, así que me da igual querer o no querer. Lo tengo claro: no tengo ni idea.

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