martes, noviembre 28, 2006
CHAU PESCAU
No sé si realmente ya alguien pasa por aquí, pero yo me he hecho a la idea de que no y por ello lo utilizo a veces como medio de desahogo o para anotar incoherencias varias. Otras veces, sin embargo, empiezo textos que nunca publico porque recuerdo que hay gente que tiene esta dirección. Así que hasta aquí puedo escribir.
Tal vez algún día lo retome, cuando ni yo misma lo recuerde. Pero eso será algún día...como buena Víctima del Mentol ;-)
sábado, noviembre 18, 2006
CAMBIOS
Me revienta admitir que tenía toda la razón del mundo. Aunque a veces me siga poniendo coletas.
martes, octubre 31, 2006
Al principio se sentían extraños. Paulatinamente fueron habituándose. Algunos caminaban tranquilos, otros se escondían pudorosos. La mayoría comentaba sus impresiones sobre lso demás.El mundo se convirtió en un paisaje de almas errantes buscando su sitio.
Nada, absolutamente nada, cambió ese día.
domingo, octubre 29, 2006
28-10-2006
¿Cómo le dices a su madre que te equivocaste? ¿Cómo miras a su padre destrozado? ¿Cómo soportas el llanto de sus (tus) amigos, esos tipos duros capaces de comerse el mundo? ¿Qué le dices a su hermana cuando te pide que no llores? ¿Cómo superas la muerte de alguien a quien conoces de toda la vida y a quien le quedaba toda otra vida? Es imposible estar preparado.
Nunca hasta hoy había visto a un muerto. Al menos uno de verdad. Y no pensaba hacerlo. Pero su hermana me dijo que entrara. Que estaba bien, guapo. Eso último es cierto. Hasta muerto estás guapo. Pero es mentira eso que dicen de que cuando te mueres parece que estás dormido. Estás muerto. Y se nota. He visto a Cristian dormido unas mil veces. Esta vez estaba muerto. Lo primero en que me fijé es en que estaba pálido. No pálido como él era, sino como un muñeco. Pero ahora sólo puedo recordar los labios. Labios de muerto. Es lo único que me hace pensar que todo esto es cierto. He visto sus labios y eran labios de muerto.
Ayer y hoy he tenido mucho tiempo para pensar. Han sido muchas horas en las que nadie hablaba. Nadie se miraba. Nadie se tocaba. Sólo sentíamos. Y pensábamos. Yo he reflexionado sobre la muerte, en general. Siempre ha sido la cosa que más he temido en el mundo. Y siempre me he negado a creer que dejemos de existir, sin más (aunque el resto de alternativas tampoco me convenciesen). Ahora me he dado cuenta de que la muerte me da más miedo que nunca, pero no la propia, sino la ajena. Evidentemente, no quiero morir. Le temo al dolor, a todas las cosas que me dejaré sin hacer y todas las personas que sufrirán por mí. Pero, seamos sinceros, el muerto es el único que no llora en el entierro. Así que la idea de dejar de existir, sin más, no me parece ya tan aterradora. Si hay que morir, que al menos no seamos conscientes de ello.
Y mi cabeza me lleva a la avioneta. Al pánico que sienten algunas personas cuando nombras esa palabra. Personas que, sin embargo, no temen el ponerse en carretera ni miran hacia arriba en busca de cornisas desprendidas. Cris nunca subió a una avioneta. Pero corría en rallyes. Yo no conozco a nadie que haya muerto en una avioneta. Hasta ayer no conocía a nadie que hubiera muerto en un rally. Pero sí en accidentes de tráfico, de largas en fermedades o de un tiro en la cabeza.
Si alguien me dijera: "tienes que morir mañana, tú eliges cómo" seguramente escogería la avioneta. Tal vez Cristian hubiera escogido el rally.
Mientras escribo esto mi cerebro salta de una cosa a otra. A la salida del entierro alguien decidió romper el silencio con un aplauso. Y todos nos unimos. Tal vez no sea lo más adecuado. Pero algo había que hacer. No podíamos quedarnos ahí, en silencio, mirando, llorando, pensando. Ese aplauso fue un "adios", un "te quiero", un "¿por qué?". Fue la explosión de todo lo que llevabamos dentro.
Estoy francamente cansada. Podría seguir escribiendo sin ton ni son toda la noche. Pero lo único que quiero expresar con este texto, igual que con aquel aplauso, es CRIS, DESCANSA EN PAZ.
sábado, octubre 14, 2006
miércoles, octubre 11, 2006
LAS COSITAS DE LA VIDA

Hay una idea que me ronda la cabeza hace días. Realmente no es una idea, es una historia...o algo. Es una estupidez.
Hace 7 años, 8 meses y 17 días me levanté, como un día más, para ir al colegio. Mientras desayunaba escuché una noticia en la radio que me llamó la atención: una pareja de enamorados había saltado desde el Acueducto cogidos de la mano o algo así. En el momento me pareció romántico, incluso bonito. Un final de película. Mientras me ponía el uniforme pensaba en estas cosas. Como dice N.V. "todo el mundo fantasea con una muerte dramática". Y más a los 15.
Ese mismo día, al llegar a casa, recibí la noticia que hizo que esa fecha se marcara en mi memoria para siempre. Y de repente la historia de los enamorados del Acueducto me pareció terrible. Y el hecho de haberla escuchado ese día, una ironía de la vida. Maldita ironía.
Años después aterricé sin saber por qué en Segovia. Evidentemente en aquel momento ni siquiera recordaba a la pareja. Un día, paseando con Charlie, vimos a unos chavales correr por encima del Acueducto. Una cosa llevó a la otra y al final me acabó contando la historia de su madrina. Así que hace 7 años, 8 meses y 17 días, mientras yo me ponía el uniforme y pensaba en los amantes del Acueducto, Charlie recibía una noticia, casi la misma que yo recibiría horas después, aún con el uniforme puesto. Es fácil pensarlo con el tiempo, pero si me paro sobre ello me inquieta. Pienso en si ella se enteraría antes o después de que yo lo escuchara por la radio. En si tendría el uniforme puesto. En cómo la cambiaría aquella noticia. En cómo cambió para mí. En cómo cambié yo aquel día. En dos niñas de uniforme que, pasados los años, hablan debajo del Acueducto de cosas que vivieron hace tiempo. El mismo día. Hace hoy 7 años, 8 meses y 17 días.
Hace poco Laura vio caer a un señor de una ventana. En ese momento no pensé en los enamorados, ni en Charlie. Pero lo hablé con Felipe. Y entonces él me contó que hace años, una mañana camino del trabajo y con el uniforme ya puesto vio como alguien saltaba desde el Acueducto. Una pareja. Hará unos 8 años. Y yo sólo pude contestar que lo recordaba. Que había sido el 25 de Enero de 1999. Y no sé por qué no puedo parar de pensarlo. Felipe y yo nos conocimos por casualidad. Nos volvimos a ver por casualidad. Y muchas veces pienso en cómo sería su vida antes de que nos conociéramos. Y ahora sé que hace 7 años, 8 meses y 17 días vio a la madrina de Charlie y a su novio saltar desde el Acueducto, poco antes de que ella se enterara. Poco antes de que yo lo escuchara por la radio. Los tres llevabamos uniforme. Tal vez ellos, como yo, descubrieron por primera vez que es verdad que la gente se suicida. Y que no tiene nada de bonito.
Ahora me gustaría saber todas las cosas que tengo en común con la gente desde antes de conocerla. Pero es imposible, y eso me pone nerviosa.
Ya dije que era una estupidez.
martes, septiembre 19, 2006
“Mi madre no me deja ser aviadora porque todos los domingos me rompo el pantalón”.
Era mi juego de comba favorito. El resto de la canción era una estupidez digna de Rebelde Way. Pero esa frase me fascinaba. Y me fascina. No entiendo su significado. Pero me ha seguido todos estos años. A menudo la canturreo. Creo que se debe al hecho de que yo siempre me rompía el pantalón. Y me lo rompo. Y a la palabra aviadora. Suena bien. Me gustaba la idea de ser aviadora. Nunca me lo planteé en serio, claro. Ser aviadora no era un trabajo tan importante como astronauta, escritora o granjera. Pero me parecía bonito para mis ratos libres. Yo iba a ser tantas cosas…De pequeña nunca decía: “si fuera profesora, actriz, enfermera…”. No. Decía siempre “cuando sea profesora, actriz, enfermera…”. Porque iba a ser todo. Porque daba tiempo. 80 años, ya ves. Como para ser una sola cosa.
El caso es que ahora voy a ser lo más parecido a aviadora que puedo. Y mi madre me deja pero tuerce el morro. Y me sigo rompiendo el pantalón. Tal vez la única diferencia sea que ya no creo que me de tiempo a todo…
Mirar por la ventanilla de la avioneta me hace reír. Todo parece una maqueta. Un país de juguete. A las personas ni siquiera se nos ve desde ahí arriba. Y ayer empecé a pensar en cuando era pequeña y saludaba a los aviones creyendo que me veían. Igual que saludaba a los barcos por si era mi padre. Igual que lo sigo haciendo. Y me imaginé que había alguien abajo saludándonos. Y me puse muy contenta. Me dieron ganas de saludar. Pero me dio vergüenza. Me gusta el trabajo. No me gustaría perderlo por parecer tonta.
Pero cuando veáis pasar una avioneta, ¡saludad! Porque va a ser genial ir por ahí arriba y saber que alguien me hace gestos. Igual, cuando lleve más tiempo, os devuelvo el saludo.
Y ahora a ver qué foto pongo.
miércoles, septiembre 06, 2006
BIENVENIDOS AL MUNDO REAL
No se devuelve el dinero. Y los bolígrafos que les hemos dado no escriben.
jueves, agosto 31, 2006
GOOD DAY

Hoy estoy contenta. Por todo. Porque sí. Porque Eli me ha despertado y sus primeras palabras han sido: tengo un trabajo para ti. Porque nada más colgar concretando lo del trabajo me han llamado para ir a volar. Porque mi primer vuelo ha sido genial. Porque no sé si este trabajo, el que de verdad me gusta, será para mí, pero sé que puedo hacerlo. Porque ahora él también sabe que puedo hacerlo. Porque sé que me va a gustar. Porque ayer me quejaba de que necesitaba algo. Porque hoy he tenido, literalmente, otro punto de vista. Porque me ha gustado lo que he visto. Porque he montado en una avioneta y nos hemos ladeado 90º. Porque me ha encantado esa sensación. Porque me encanta pensar que puede ser mi trabajo. Porque al resto de gente también le pasan cosas buenas. Porque he recibido un e-mail estúpido que me ha alegrado más aún. Porque hace un día precioso. Porque ya lo decían los Dresden Dolls...
"God, it's been a lovely day everything's been going my way, I took off the trash today and I'm on fire!"
Y "the trash" puede eliminarse, porque hoy despegué...y espero que eso signifique algo.
lunes, agosto 28, 2006
lunes, agosto 07, 2006
viernes, julio 14, 2006
miércoles, julio 12, 2006
CAPRICHOS
lunes, julio 03, 2006
SE BUSCA
viernes, junio 09, 2006

drink Sangria in the park
And then later
when it gets dark, we go home
Just a perfect day
feed animals in the zoo
Then later

Oh, it's such a perfect day
I'm glad I spend it with you
Oh, such a perfect day
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on
Weekenders on our own
it's such fun
Just a perfect day
you made me forget myself
I thought I was
someone else, someone good
Oh, it's such a perfect day
I'm glad I spent it with you
Oh, such a perfect day
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on
You're going to reap just what you sow
domingo, junio 04, 2006
JUGANDO

Un día quise jugar a hacerlo bien. Todo salió mal. Jugué a hacer lo que hacen los mayores. Salió bien. Me sentí mal. Pero no podía parar. Al fin y al cabo sólo es un juego. Como todo. Como nada. Todo pierde la gracia si jugamos sólo unos pocos. Otros se lo toman en serio. Algunos se lo toman siempre mal, pase lo que pase. Es un estilo de vida. Pero no el mío. Parece ser que también el mío. Al fin y al cabo es sólo un juego en el que para participar hay que acatar las reglas. ¿Y quién hizo las reglas? Yo las cambié. Y todo salió mal. Otra vez. Otra vez. No pienso firmar esas normas que no son las mías. Pienso luchar con(tra) el mundo. Pero hace tiempo que luchar dejó de tener sentido. ¿Qué importa, si nada lo tiene? Importa, porque estoy aquí. Importa porque de repente parece que todo importa. De pronto una broza es un mundo y un mundo es algo tan pequeño. Y yo qué sé, si sólo pasaba por aquí. No sé por qué decidí quedarme. Tal vez porque no hay nada más allá. Igual que aquí. Es mejor soñar con que lejos hay algo bueno que un día conoceré. Al fin y al cabo me quejo pero no quiero más. Quiero menos. Lo quiero todo. Y todo me da igual, así que me da igual querer o no querer. Lo tengo claro: no tengo ni idea.
sábado, mayo 27, 2006
domingo, mayo 14, 2006

Él acababa de subir. Ella se bajaba en la próxima. Llevaban demasiado tiempo encontrándose fugazmente en estaciones y trenes con rumbos distintos.
Él quería bajarse con ella. O que ella no se bajara. Pero pronto cogería el mismo tren de regreso, podía esperar.
Ella quería que él se bajase. O ir con él hasta la última parada. Pero sabía que aquel tren no llevaba a ninguna parte. Y él regresaría.
Lo que no quiso decir en voz alta (por miedo a que se hiciera realidad) es que cuando él cogiera el tren volverían a cruzarse. Otra vez viajando en sentido contrario.
Le dijo adiós desde al andén con una sonrisa. Se sentía tan cansada que no pudo dejar de sonreír hasta mucho después de haber dejado de llorar.
miércoles, mayo 10, 2006
jueves, abril 13, 2006
Triste
miércoles, abril 05, 2006
LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE
-Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no?
-Un cordero se come todo lo que encuentra.
-¿Y también las flores que tienen espinas?
-Sí; también las flores que tienen espinas.
-Entonces, ¿para qué le sirven las espinas?
Confieso que no lo sabía. Estaba yo muy ocupado tratando de destornillar un perno demasiado apretado del motor; la avería comenzaba a parecerme cosa grave y la circunstancia de que se estuviera agotando mi provisión de agua, me hacía temer lo peor.
-¿Para qué sirven las espinas?El principito no permitía nunca que se dejara sin respuesta una pregunta formulada por él. Irritado por la resistencia que me oponía el perno, le respondí lo primero que se me ocurrió:
-Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.
-¡ Oh !
Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor:
-¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas…
No le respondí nada; en aquel momento me estaba diciendo a mí mismo: "Si este perno me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo". El principito me interrumpió de nuevo mis pensamientos:
-¿Tú crees que las flores…?
-¡No, no creo nada! Te he respondido cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias.
Me miró estupefacto.
-¡De cosas serias!
Me miraba con mi martillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le parecía muy feo.
-¡Hablas como las personas mayores!
Me avergonzó un poco. Pero él, implacable, añadió:
-¡Lo confundes todo…todo lo mezclas…!
Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados.
-Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!
-¿Un qué?
-Un hongo.
El principito estaba pálido de cólera.
-Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
El principito enrojeció y después continuó:
-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante!
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…". No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!.
martes, marzo 28, 2006
miércoles, marzo 22, 2006
Se nos muere el Genio
No se parece a nada de lo que ya he leído, pero lleva su huella. Es él. Diferente. Sorprendente. Único. Creo que me estoy enamorando. Creo que llevo mucho tiempo enamorada. A veces pienso que alguien capaz de escribir así, de transmitir así, de atrapar así, debe de ser una persona bastante corriente en su vida real. Nadie es perfecto. O eso nos dicen a los imperfectos para consolarnos.
Por mucho que digan, me da igual que al Coronel nadie le escriba. Sus miserias no despertaron en mí la menor compasión. Sin embargo me he emocionado con este dictador. Con un tirano que hace y deshace a su voluntad. Con un déspota que juega a ser Dios y maneja tiempo, espacio y todo lo contenido entre éstos a su antojo. Y eso sólo él puede conseguirlo. Sólo él es capaz de crear un ser despreciable y egoísta y hacer que llegue a importarme. (En realidad Henry Miller también, pero ese es otro asunto). Sólo escrito por él me parece bonito el acoso de un viejo verde a una niña de uniforme y trenza. Sólo él puede hacerme sentir lástima por un violador compulsivo. Y es que al final los malos no son tan malos si él los abre en canal para ti.
La sola idea de ese anciano despojado de su poder que él creía absoluto, viendo cómo se llevan cuadrado a cuadrado su mar, su única ilusión, su razón para todo, me hizo llorar como una idiota. El cariño inexplicable del pueblo. El hombre que todo lo puede sometido a todo cuanto le rodea. Los milagros, las traiciones, el realismo mágico...Todo.
Le quiero. O quiero ser él. O quiero que no se muera, al menos no antes que yo. Quiero que escriba, y escriba, y escriba.
Nos quedan tan pocos genios...
jueves, marzo 09, 2006
sábado, febrero 18, 2006
Mystic River, Mystic Genito y Mystic Chupito
sábado, febrero 11, 2006

La casa se hace pequeña. Al principio pensé que lo estaba imaginando. Pero no. Apenas queda un rincón habitable, y pronto acabará por desaparecer conmigo dentro. No quiero desaparecer. Saldré a buscarte. Llueve. Tal vez fue el agua lo que hizo menguar mi casa. Recorro calles siguiendo tu rastro. Podrías estar en cualquier parte. Yo también me hago pequeña. Poco a poco la ciudad se convierte en un amasijo de calles por las que avanzo sin hallarte. Si no deja de llover voy a desaparecer por completo. Ojalá te encontrase. No puedo parar hasta que te encuentre. Tampoco tendría donde ir. Supongo que desapareceré. Al fin y al cabo, nadie sacó al minotauro de su laberinto. Y a estas alturas soy mucho más pequeña que el minotauro. Creo que tardé seis años en cruzar la última calle. Antes lo hacía en seis minutos. Debo de ser diminuta. No quería desaparecer. Y sin embargo…
jueves, febrero 02, 2006
Buscando el Karma

Mañana voy a ir al mercado, y a comprar plantitas para reforzar mi karma. Ni siquiera sé si sirven para eso, pero a mí me ponen contenta. Y me voy con Ele que también necesita reforzarlo (si es que Karma significa algo parecido a suerte y/o autoestima). Mi cactus Pequeño Karma (estúpido nombre inventado en exámenes, qué le vamos a hacer) va a tener nuevos amiguitos ¡bieeen!
viernes, enero 27, 2006
Salvemos a los cántabros

Primero fue el Urogallo, después el Lince Ibérico, y ahora somos los cántabros. Según un reciente estudio, el número de marroquíes en España superará en breve al de cántabros. Lo leo y me pregunto si mi deber moral no será dejarlo todo y afanarme en procrear con otro cántabro para garantizar la continuidad de nuestros genes...
Voy a ello, porque al fín y al cabo...¡CANTABRIA ME PONE!
martes, enero 24, 2006
¿Por qué soy tan débil?
Ahí van mis 5 manías:
1.- Hablo sola (la última vez que lo confesé Andrés Caparrós se rio de mí en TV...). Sí, hablo sola. Aunque estéis delante y creáis que os hablo, no, hablo conmigo misma. Y canto. Por la calle. Muy alto. Sí, y sé que tú también lo haces, así que deja de reirte.
2.- Cuando bebo café o Nesquik lamo en cada sorbo la gota que cae por el lado de fuera. Y aquí quiero desmontar todas las teorías:
a) No lo hago para beberme hasta la última gota.
b) No es un tick nervioso (sí, lo hago por inercia pero conscientemente)
c) Por mucho que disfrute con el café y el Nesquik, no tiene nada de obsceno, mentes perversas! Vosotros sí que sois obscenos!
Lo hago simplemente porque me molesta mucho que la taza culle cuando la vuelva a coger. Soy así de simple. ¡Tachán!
3.- Si la cama pega a la pared, tengo que dormir en el lado de dentro. Será para que mi culo iceberg encuentre algo de la misma temperatura. Esto prueba una vez más que River y yo somos la pareja perfecta, jjj.
4.- Manías físicas: Me gusta tocar las orejas. Mucho. Las mías siempre están malas por este motivo. Así que recurro a las ajenas. Y también me gusta morder. Pero recordad: ¡es de amor! Y cuando hablo con alguien tiendo a quitarle lo que tenga en la mano. De esto no me había dado cuenta hasta hace poco. Así que no me echéis en cara que os robo las copas... ¡lo hago sin querer!
5.- No puedo dejar de leer un libro hasta encontrar una página que acabe en punto. Esta manía es especialmente dura si se trata de libros como "El Otoño del Patriarca", en los que una sola frase ocupa varias páginas.
Estas son las más confesables que se me han ocurrido. La verdad es que en general no soy muy maniática. Hago más cosas estúpidas que JAMÁS confesaré publicamente para evitar cachondeos varios. Pero todo el mundo tiene un precio, así que por un módico precio estaré encantada de contároslas.
Y ahora me voy a hacer cosas más útiles.
lunes, enero 23, 2006
¡Cuánto tiempo sin verte!

Cada vez que abro el ordenador aparece Nacho Vegas. Y mira que me gusta esa foto. Pero he pensado que ya basta. Y ¿qué escribo si estoy de exámenes y no ha pasado nada especialmente interesante en mi vida? Pues... no sé. Que estoy contenta por muchas cosas. Con exámenes y todo. Parece que esto marcha. Sólo falta que pasen estas 2 semanas para que los fines de semana vuelvan a ser días para salir y... ¡creo que seré feliz del todo!